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sábado, 9 de octubre de 2010

Juan Bautista Uriarte


En su pueblo natal, falleció víctima de la gripe, el Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos,  Juan Bautista Uriarte y Eizaga. Pocas veces se había visto manifestación popular tan numerosa como la que se formó en Galdácano, con motivo del entierro de este hijo de la localidad, pues no hubo vecino, que no concurriese al sepelio a testimoniar su profundo dolor. Y pocas veces también se había rendido un póstumo tributo, grande, unánime, sincero y hondamente sentido por todo un pueblo, cuya estimación en vida corrió pareja con el tributo que supo rendir, a la memoria del Ingeniero.

                           Imagen de la calle Juan Bautista Uriarte.


Fue respetuoso con sus superiores y cariñoso con sus subordinados, y bueno entre los buenos. Entre las sentidas cartas de pésame recibidas por Juan C. Ereño, contratista de las obras del salto de Bolarque, de cuya dirección se hallaba encargado el finado, se puede entresacar una de ellas, la suscrita por el Ingeniero de la Comisión de los Ferrocarriles Transpirenaicos, Telmo Lacasa, que retratan al finado. Decía así:

“Era un sabio, trabajador, modesto, simpático y sin más malicia que un niño; tratarlo y quererle era todo uno; dudo que haya en el Cuerpo de Ingenieros de Caminos otro más digno de cariño. Yo, y conmigo todos los míos, le queríamos como cosa propia; por ello le ruego que se haga intérprete de nuestro duelo ante su distinguida viuda y familia, considerándolos como amigos y admiradores del desaparecido que lloran y por lo tanto partícipes de su intenso pesar”.

Nació el día 2 de julio de 1876. En la promoción tuvo el número 2, y si no hubiera estado padeciendo una afección, seguramente hubiera alcanzado el número 1. En 1903, tras terminar con brillantez su carrera, como antes hizo sus estudios para el bachillerato, en los Colegios de Carrión de los Condes y Valladolid, dirigidos por Padres de la Compañía de Jesús, fue destinado a la Jefatura de Obras Públicas de Burgos. De allí pasó a la División de trabajos hidráulicos del Duero, de donde, accediendo a  instancias del Ingeniero de Caminos,  se trasladó a Oviedo para la construcción del ferrocarril de Infiesto, etc.

En 1906 fue destinado a la Comisión de Estudios de los riegos del Guadalquivir. Posteriormente, también la Dirección general del ramo pretendió que volviera a los mismos trabajos, pero no aceptó por no convenirle el clima de Andalucía, y pasó a formar la Sociedad con sus amigos y parientes, respectivamente, Juan C. Ereño y Pedro de Urigoitia. En 1907 se encargó de la dirección de las obras del salto de Bolarque (primera central hidroeléctrica que abasteció a Madrid ), propiedad del Estanislao de Urquijo, llevando a cabo la construcción de las mismas con gran actividad, y a completa satisfacción del propietario y contratista Ereño, y continuando con éste, ha llevado a cabo, bajo su dirección, las siguientes obras: Las de explanación y fábrica del trozo de la sección de Zuera a la Venta de Turuñana, en el ferrocarril transpirenaico de Ripoll a Puigcerdá, y la explanación y cimientos de la estación de Ribas del mismo ferrocarril.

Al sorprenderle la enfermedad que puso fin a su vida, se hallaba al frente de las obras que construía el contratista Ereño, para el salto del Torina, en Barcelona y  de Pie de Concha (Cantabria), propiedad de la Sociedad Hidroeléctrica Ibérica, de Bilbao. Fue muy estimado por sus profesores y compañeros, y por cuantos tuvieron el gusto de tratarle siempre.


                                        
Fuente: Reproducción de un artículo de la Revista de Obras Públicas.

Publicado en el periódico local de Galdakao "Dime".