Los fundadores del
Club se reunían en un local enclavado en la “Sociedad Industria y Comercio” de
la fábrica de “La Dinamita”. Su salón principal tenía cabida para más de 500
personas, y anexo al mismo, se encontraban una magnifica biblioteca, teatro y
cinematógrafo. Por aquellos años, disponía de nombres famosos, como Tomas San
Salvador, el famoso ciclista; los hermanos Loroño y el equipo de “foot-ball”,
que en dos temporadas había pasado a la categoría B. El Elexalde era un
semillero de atletas que lanzaban, saltaban y corrían. El alma del Club lo
formaban los directivos Leizaola, Jugo, Tutor, Uriarte, Ibarra y tantos otros.
Bendición de la bandera del C.D. Elexalde. (Foto diario “Euzkadi”)
Conforme se hallaba
anunciado, se celebró en 1925 la fiesta del Club Elexalde. El tiempo, que en
días anteriores resulto lluvioso, amaneció radiante. La primera parte del
programa tuvo lugar en el barrio de Zuazo. Dieron comienzo los actos a las
nueve de la mañana con la comitiva que se trasladó al campo de deportes. Al frente
de la misma, iba la bandera que regalaron al Elexalde las señoritas locales. La
bendijo el capellán de “La Dinamita”, Santiago de Lezama, actuando de madrina
Carmen Fernández, en representación de María Begoña Chalbaud y de padrino, el
joven Carmelo de Leizaola. Terminada la bendición estalló una salva de aplausos
y se dispararon cohetes al grito de “¡Hurra Elexalde!”. Acto seguido, el
capitán del equipo, Pedro de Uriarte, recibió de manos de la madrina la
bandera, trasladándose a la capilla de la fábrica, donde se celebró una misa
rezada. Terminada la misa, se sirvió en los salones del “Club Círculo de
Oficios” un lunch, al que asistieron las autoridades locales, redactores
deportivos de los diarios “Euzkadi” y “Excelsior” e invitados. Durante el lunch
se hizo una demostración de música vasca a cargo de los txistularis Erramon y
Prutuoso. A las once y media se organizó una carrera ciclista, cuya clasificación,
después de cubrir los 24 kilómetros (Zuazo-Usansolo-Zuazo) fue: Gregorio
Etxebarria, sobre “Peugeot” en 42 minutos y 12 segundos; 2º, Julio Urkiza, a
media rueda; 3º, Miguel Landaluze; 4º, Ignacio Arrieta; 5º, Víctor Etxebarria;
6º, Vicente Gurtubai y 7º, Higinio Arana. Esta carrera tuvo su parte seria en la
excelente marca efectuada con el magnífico sprint final del pequeño Víctor
Etxebarria y la buena táctica de su hermano Gregorio, quien no se despegó de Urkiza
hasta el momento preciso, y su parte cómica, llevada por dos
"equipiers" del Elexalde con la caída de uno de ellos y el pinchazo
de Arrieta.
Tras el reparto de
premios y precedidos del txistu, se dirigieron en caravana al barrio de La Cruz,
donde se bailó el aurresku de honor. A la una y media, dio comienzo el banquete
al que asistieron 80 comensales. En la presidencia se sentaron el alcalde, León
de Asua, Amadeo Gandasegi, Pedro de Aguirre, la madrina de la bandera Carmen
Fernández, Narciso Fernández, Santiago de Lezama, Antonio Aldecoa, Pedro
Touran, Estanislao de Irazabal, Carmelo de Leizaola presidente del Elexalde,
Juan Jugo, Justo Tutor, redactores deportivos de “Euzkadi y “Excelsior”, etc. A
los postres, hicieron uso de la palabra los redactores deportivos y Justo
Tutor, que leyó sus clásicos versos. A las cinco se trasladaron al barrio de
Elexalde. Un chaparrón hizo que la romería tuviera que trasladarse a La Cruz,
donde continuó hasta el anochecer.