Diferentes proyectos se efectuaron para el aprovisionamiento de aguas de Galdakao con el fin de resolver el problema de su abastecimiento. En el año 1926, el Ayuntamiento encargó al ingeniero Ignacio de Rotaetxe la presentación de un informe al respecto. El aprovechamiento del riachuelo de Lekubaso, por la abundancia de caudal, su excelente calidad, así como por el mejor coste del metro cubico de agua, fue el elegido. Razones técnicas como económicas, indicaban que Lekubaso era la solución razonable. Fue presentado el año 1930, cuando el municipio disponía de una población de 7.000 habitantes, con Zabalgane en el punto más alto de habitabilidad. El pie de la presa de punto de captación indicado, era el lugar de confluencia del arroyo Iturrigorrieta. Se dispuso de dos zonas con sus correspondientes depósitos regularizadores: Lekuegoikoa para Unkina-Urgoiti-Bekea-Gumuzio y otro en Zabalgane, destinado a Zabalgane-Kurtzea-Zuazo-Bengoetxe. La piedra caliza de buenas condiciones que se encontraba no muy distante y a altura conveniente en las inmediaciones de Ereño y Atxarpin erreka, proporcionaba el material árido necesario.
Antes de finalizar el año, se celebró el pleno del Ayuntamiento en el que se trató y aprobó el proyecto de traída de aguas de Lekubaso, presentado por el ingeniero Ignacio de Rotaetxe. A finales de marzo de 1933, dieron comienzo las obras del abastecimiento de aguas de Lekubaso. Acudieron al acto el alcalde, el director de las obras Ignacio de Rotaetxe, el contratista Ormaetxe y el secretario Nicolás Vicario que levantó acta. A comienzos de 1934, la Diputación subvencionó las obras con 260.000,60 pts. El 15 de abril de 1934, las obras sufrieron el intento de robo de dinamita, en una txabola de los contratistas de la presa. Pistola en mano, pidieron al guarda Domingo Zarandona que les entregara la dinamita depositada allí, y al no haber explosivos, huyeron hacia Arrigorriaga. En agosto, el Ayuntamiento concedió una prorroga de cinco meses para la finalización de las obras.
Por fin, el domingo 10 de noviembre de 1935, fue inaugurada oficialmente la traída de aguas de Lekubaso, obra emprendida por el alcalde Simón de Linaza, sustituido por los sucesos de Usansolo, cuya continuación la realizó el alcalde accidental, Santos Muñoz Orue. Con tal objeto, poco antes de las once de la mañana, se reunieron en un pequeño estanque construido al efecto en la plaza de las escuelas de Unkina, el alcalde gubernativo, Tomás de Sagarminaga; los gestores municipales Ureta y Preguntegi, Juan B. de Azcuenaga, Leoncio de Goyenaga, Cosme de Oyarzabal, el abogado Vidre y el ingeniero de la obra ejecutada con los planos de Ignacio de Rotaetxe, con el sacerdote Matías Lumbreras, que procedió a la bendición del estanque citado.
Después de la inauguración oficial, el gobernador y demás invitados fueron obsequiados con un lunch, visitando a continuación los depósitos de agua. Acto seguido, el gobernador emprendió el regreso a Bilbao, sin quedarse para el banquete preparado en honor de los invitados. Momentos antes de la marcha del gobernador, llegó el presidente en funciones de la Comisión gestora de la Diputación de Bizkaia.
Para la celebración del acto se contó con la colaboración de la Banda de música, pero la falta de apoyo popular a la gestora municipal y la invitación a personas por disposición del alcalde gubernativo, que no se distinguían por su fervor republicano, redujo el público asistente a los actos. Por la tarde se celebró una romería.