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martes, 12 de abril de 2022

La imborrable huella de Juan José Sagardui

Uno de los mejores escaladores vascos de la década de los sesenta, falleció en Galdakao a los 69 años

Formó parte de la época conocida como la de los “grandes olvidados”, pero dejó una huella imborrable sobre todo en las carreteras vascas. Juan José Sagardui, uno de los integrantes destacados del pelotón durante la década de los sesenta, nació en Galdakao, destacó por sus dotes escaladoras y fue en las montañas donde tuteó a estrellas del calibre de Bahamontes o Julio Jiménez, entre otros. 


 Bahamontes y Sagarduy protagonizaron varios duelos en las carreteras vascas. Foto "El Correo Español".

 

Su trayectoria como ciclista discurrió entre la muerte del gran Fausto Coppi y antes de que Eddy Mercx comenzara su reinado. Fueron cerca de diez años de trayectoria que se vio truncada por unos problemas de salud que le impidieron alcanzar cotas mayores. Su nombre comenzó a sonar en 1960 cuando todavía era aficionado. Aquella temporada rozó la veintena de triunfos entre los que destacó la Subida a Arrate. Este palmarés le llevó a alcanzar el profesionalismo un año más tarde. Fue en marzo, como independiente, cuando Sagardui volvió a firmar una destacada campaña, a sus 19 años, que incluyó más de 21 carreras. Entre ellas, el Gran Premio de Bilbao, por delante de “Águila de Toledo”.

Poco a poco el galdakaoztarra comenzó a abrirse camino. A estar en la cabeza del grupo, sobre todo cuando la meta acababa en rampa. En 1962 ganó la Subida a La Reineta y el Circuito San José de Barakaldo, fue segundo en Urkiola y cuarto en Mont Farón. Pero sin duda alguna su mejor temporada fue 1963. Debutó en el equipo Kas Kaskol, a las órdenes de Dalmacio Langarica, junto con Carlos Echeverría, Elorza, Sánchez Camero y Valentín Uriona. La escuadra, que contaba con 17 integrantes, también tenía en sus filas a Barrutia, Cayero, Gabica, López Caño, Piñera, Momeñe, Carmelo y Roberto Morales, Pacheco, Jacinto y José Urrestarazu.

Corta la racha del toledano

Abrió su calendario de triunfos en la octava etapa de la Vuelta a Andalucía, al que siguió el de la Subida a Arrate. Cuentan las crónicas de la época que en esta prueba el vizcaíno cortó la racha victoriosa de Bahamontes, «en la montaña guipuzcoana mostrando su fuerza en el barranco del Urko y las rampas de Usartza», y superando con claridad al toledano y a Anquetil en los 600 metros finales.

También se hizo con la Bicicleta Eibarresa, la primera gran prueba del calendario vasco por etapas, donde además se llevó el premio de la montaña y la regularidad. La siguiente campaña, dentro de la misma formación, cruzó en dos ocasiones el primero la línea de meta en el Tour del Porvenir, donde también obtuvo el reconocimiento de mejor escalador y ciclista más regular. En 1965 fue uno de los ciclistas seleccionados por Langarica para el Tour. Terminó en el puesto 46. Dentro de las pruebas nacionales cató el podio en la tercera etapa de la Vuelta a Mallorca y en la Subida a La Reineta. Permaneció en el equipo que patrocinaba la firma de refrescos dos años más. Luego firmó por el Karpy y abandonó el ciclismo en marzo de 1969, ocho años después de su primera carrera como profesional. Falleció en Galdakao el 4 de octubre del 2010.

 

Fuente: El Correo Español