Las fiestas patronales de Galdakao recibieron en su día este nombre de la ermita Santa Cruz. Esta ermita de finales del siglo XVIII, estaba ubicada junto a la plaza del Ayuntamiento. Por ello la plaza recibe el nombre de esta ermita.
Las fiesta de Santa Cruz, conocidas popularmente como Santa Cruces, se celebra el día catorce de Septiembre día de la Exaltación de la Santa Cruz.
En el periodo de construcción de la actual parroquia, en Zabalea, dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, la ermita de Santa Cruz se abrió de nuevo al cuto.
Hasta la construcción de la actual parroquia, el pueblo tenía que subir a Andra Mari de Elexalde y ello resultaba muy penoso para todo el pueblo, pero de un modo especial para las personas mayores e incapacitados. Recordemos que la iglesia anterior a Andra Mari estuvo en Santa Marina.
Las fiestas de Santa Cruz de Galdakao gozaron de enorme popularidad en toda la comarca de Ibaizabal-Nervion, así como del resto de pueblos de nuestro entorno incluido Bilbao. La afluencia de público era masiva no solo por la buena situación geográfica de nuestro pueblo sino también por la exitosa y laureada Banda de Música de la Dinamita, que está al servicio de nuestro pueblo en las fiestas de Santa Cruz.
Entonces en Galdakao no había pregón de fiestas como en la actualidad, pero al atardecer del día anterior al inicio de las fiestas, la Banda recorría el pueblo desde Plazakoetxe hasta el Ayuntamiento. La banda interpretaba alegres pasacalles de música vasca cuyas letras no se podía corear por motivación política. Eran tiempos de la post-guerra civil y estaban terminantemente prohibidas. Por ejemplo, “geuria data-geuria da”, etc.
La Banda también nos deleitaba con esplendidos conciertos al mediodía, cuando el pueblo se acercaba a la plaza después de acudir a la misa mayor.
A estos conciertos acudía mucho público, no solo del pueblo, también acudían familiares que nos visitaban de otros lugares invitados a comer, como era costumbre muy extendida. En la romería el recuerdo más bonito que tengo era las biribilketas donde corríamos hasta la extenuación. Recuerdo había una pugna entre la Banda y la juventud, a ver quién se agotaba antes. Otros recuerdo de estas fiestas eran las barracas. Todos los años acudían las cadenas los autos de choque y las barcas de María que no faltaron nunca.
¡Que buen recuerdo mantenernos de aquellas fiestas!
Fuente: “Recuerdos, vivencias y algunos títulos nobiliarios que ostentaban distinguidas familias e ilustres personajes de Galdakao en el siglo XX”.
José Miguel Zabala