Alberto
"Culebrón” Duñabeitia, padre del
alcalde de Bilbao y presidente del Athletic, “Beti” Duñabeitia, jugador del Español
y del Athletic de Bilbao, donde gano la Copa de 1923, trajo junto a Carmelo Leizaola,
las primeras pruebas atléticas a Galdakao, cuando ambos realizaron los estudios
de Ciencias Químicas en Barcelona, y posteriormente trabajaron en “La Dinamita”. También fueron el alma del
Club, los directivos Jugo, Tutor, Uriarte e Ibarra.
Pese
a lo buena voluntad de los directivos del Elexalde, el estado de las pistas no
era el optimo. Con la velocidad, los corredores se escapaban sin querer de las
calles, la pista era de 240 metros, con curvas muy pronunciadas y difíciles de
salvar sin pérdida de equilibrio, en una pista que no era de ceniza, y que favorecía
ligeramente a los saltadores con su pequeño desnivel. Santa Bárbara no era susceptible para realizar proezas, pero se
estaba impulsando un proyecto de nueva construcción beneficioso para el
atletismo vizcaíno, que estaba a falta de la decisión de los dirigentes de la
fábrica de Zuazo e impulsada por el diario deportivo Excelsius, organizador de los campeonatos, que finalmente no cuajó.
Pero
respecto al “cross-country”, en
palabras del Excelsius, el recorrido
era pintoresco y espectacular, sin grandes durezas pero tampoco una simple
carretera. Un trazado ideal, al uso de los que se estilaban por el extranjero,
donde estaban acostumbrados a estos espectáculos con terrenos muy apropiados,
con altibajos, paso por riachuelos, tierra labrada, vegas, suelo duro y blando,
y todo él, enclavado en lugares de extremada belleza. El recorrido elegido fue
en su mayor parte un verdadero terreno de cross, similar a los británicos, que
desgraciadamente no se encontraba en Bilbao. Se anunciaba también, la facilidad
de acceso a las pruebas, con tranvías de ida y vuelta a un precio de una sola
peseta.
Delgado y Eladio García en el Campeonato vizcaíno de cross country.
Desaparecida
la Federación Vizcaína de Atletismo en 1932, se creó en su lugar la Agrupación
Atlética Vizcaína, que realizó las funciones de federación y club a la vez. Tres
factores inclinaron la balanza para que los principales campeonatos atléticos
de Bizkaia celebrados en la década de los 30, se realizaran en Santa Bárbara: la
negativa a ceder sus campos de futbol por parte de los principales clubs del
territorio (Athletic y Arenas), las facilidades dadas tanto por “La Dinamita”, como por el club
galdakoztarrak de la mano de Alfredo Elberdin y Alfonso Tutor, y la importancia
del club durante esta década en la supremacía del atletismo vizcaíno, ya que en
aquel momento, su sección atlética la constituían más de treinta atletas,
completada con elementos del Valle de Arratia y capitaneados por Zelaia. A modo
de ejemplo, en la conmemoración del día de San Ignacio de 1933, se realizaron
unas pruebas atléticas con la presencia de entre tres mil a cuatro mil
personas, batiendo el record de concurrencia en Bizkaia, a excepción de las que
se realizó en San Mames en el año 1923, con motivo de las bodas de plata del
Athletic. Como complemento a las actividades atléticas, se realizaron exhibiciones
de gimnasia y boxeo entre niños, concurso de salto a la cuerda para chicas, y como
postre, una romería amenizada por la Banda de música.
Carmelo de Leizaola.
Carmelo de Leizaola.
Marcelino Vicente atravesando el riachuelo de Urreta.
Delgado y Eladio García en el Campeonato vizcaíno de cross country.
En Santa
Bárbara se realizaron múltiples campeonatos vizcaínos: de pentatlón en 1933, de
atletismo en 1933 y 1934, de “cross country” en 1935 y 1936, y de neófitos,
en 1934. Posteriormente, la organización de estos eventos fue realizado por
la Unión Ciclista Galdacanesa.
Campeonato vizcaíno de cross-country en Santa Barbara.
Fuente: Dime 30 de diciembre de 2015
Primera y más antigua San Silvestre del estado.
Isaac Rueda (SIN FUERTE COMPETENCIA) ganó
un reloj en Galdácano.
AUNQUE en tono menor, esta carrera de Galdácano, patrocinada
por su Ayuntamiento, fue por la fecha y por la abundancia de premios (en gusto
y valor) la San Silvestre vizcaína.
Además de lo citado y de la coincidencia de la fecha, arrastró también,
salvando las distancias, una gran cantidad de público a todo lo largo del
pintoresco recorrido. En lo que ganamos a los “brasileiros” fue en seriedad
organizativa. Buen tanto para las huestes del amigo González y el Colegio de
Jueces Vizcaíno.
El recorrido, espectacular y de buena visibilidad, fue muy
bueno para el público, ya que excepción de unos metros de carretera asfaltada,
se deslizó por caminos de ceniza, bastante mejor que la …de que disponemos
actualmente, según opinión de un atleta destacado.
En infantiles, quizá para celebrar la concesión para
Amorebieta del próximo campeonato vizcaíno de cross, los muchachos que
acaudilla Arrieta y Bilbao se soltaron el pelo, luchando entre ellos para
alcanzar el primer puesto el fino y prometedor Bastero, seguido en fuerte
sprínt para decidir el segundo lugar Ciarrusta y Solaguren, en carrera que
hasta el séptimo clasificado fue portador de camiseta verde. ¡Vaya éxito por
equipos!
En juveniles ausentes los dos gallitos, Garay y
Cenarruzabeitia (éste para reponerse de la durísima prueba eibarresa), venció
el Altos Hornos, “gallo” de nuestro amigo y compañero de Prensa diaria, Tutor
Larrea, dando así esa satisfacción en su propia casa. Enhorabuena a ambos.
Segundo fue el Cafés El Abra, Garrido, que se destapó con la mejor carrera de
su corta vida deportiva, desbancando al siempre excelente corredor Fernández.
En juniors triunfo fácil de Acero, que en casa se
desenvuelve este año magníficamente, aprovechando la bondad del recorrido para
sus excelentes cualidades de pistard, de fino y suave rito. Fue segundo el
Abebe Bikila vizcaíno, Efraim Segasib, que se ha hecho un nombre entre los
federados vizcaínos en solo cuatro actuaciones.
En seniors, entrenándose Pepe Fernández en la Peña, ganó
lógicamente Rueda, el veterano, que es el más seguro en rendimiento de los
crossmen restantes, seguido del regular Gil, que no acaba de arriesgarse en una
prueba a ver qué le sale, y el esporádico y duro Espinosa.
Para todos buenos premios, destacando por su originalidad
los lotes de bandejas de Ceplástica y el magnífico reloj de la casa Celaya, que
desde ayer está en la muñeca del “eterno joven” Isaac Rueda.
Fuente: La Gaceta del Norte 2 de enero de 1962.
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