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domingo, 5 de junio de 2022

Goian bego, Maritxu Bilbao Lapatza

    Ha fallecido una de las montañeras vascas referente de aquella época en la que el alpinismo era tan importante en la sociedad como el fútbol. Una pionera en nuestro deporte, que desarrolló en todo su esplendor. Fue modista. Hacía prendas de montaña en casa, no solo para su familia, sino también para montañeros y montañeras sobre todo en Galdakao, donde vivió. Cofundadora del Grupo Alpino Ganguren, club que en 2020 cumplió 75 años de recorrido mendizale.

Hizo el tercer cursillo de escalada (26 de junio de 1955) en compañía de Andrés Regil y Zaballa. Fue instructora de la ENAM Bizkaia en la fecha del 5 de junio de 1958 y causó baja voluntaria el primero de enero de 1960.

Ascendió al Atxa Adarra, era el pináculo del origen de la escalada en Bizkaia, en Itzina, Gorbeia, mirando provocativamente sobre Orozko, siendo la segunda mujer en hacerlo, fue el 12 de octubre de 1955, en cordada con Altuna y Ealo.

Recibió la medalla de bronce al mérito deportivo el 22 de abril de 1956, como también a Angelita Olano de manos del presidente de la FEM, Julián Delgado Úbeda, en Elgeta, lugar donde se fundó la FVNA en 1924.

Centenaria con el Ganguren en 1949. En compañía de su amiga Angelita Olano, llevó a cabo una expedición muy interesante para la época y seguramente que poco conocida. Durante once días, salieron solas desde Sallent de Gállego hasta Benasque, y coronaron el Balaitus (18-07-55), el Gran Facha al día siguiente, el Vignemale el día 20 y el Monte Perdido el 22. Ojo, esto que cuento es un auténtico hito montañero femenino para su época, y sin hombres, ellas solas ante la madre naturaleza en Pirineos.

Subió al Aneto y al Biziberri, ambos en el año 1956. Realizó una primera al Urrestei, con Jesus Altuna, en julio de 1949. Esquiaba en Urkiola y Gorbeia. Estuvo en Navacerrada también practicando esquí.


      Referente del montañismo femenino vasco.

 

Su marido, Juan Goti, era especialista en el monte Gorbeia, tenían un caserío en Ipiñaburu, Zeanuri, justo frente a la iglesia.

Sin duda, estamos ante la pérdida de una de las grandes montañeras vascas que han existido. Es difícil encontrar reseñas u obituarios de alpinistas vascas. Hace poco lo contaba en uno de mis artículos dominicales.

Justamente esos días estoy estudiando al alpinista Jesús Altuna, veo que la tenía de compañera de escalada en muchas cordadas, lo que nos da idea de qué especialista era Maritxu con la cuerda y la pared. Los buenos, Altuna era de los mejores, solo eligen con seguridad. Por eso también fue la mejor. Ayer, estando en el Museo Memorial del Cinturón de Hierro de Berango, haciendo una donación, con las dos hijas de Altuna, Begoñe (78) e Ikerne (85), ésta última nos contaba como con 9 años su aita "le llevaba de carabina" a Urigoiti y también a Urkiola muchas veces que se desplazaba a escalar con Maritxu. La niña Ikerne, hoy octogenaria, se quedaba con su perro Beltza y les veía meterse en la vía que iban a escalar, por ejemplo en los Atxas de Itzina, y de vez en cuando desaparecían y luego volvían a aparecer, e Ikerne se preguntaba: ¿si se caen que hago yo?

Begoñe Altuna me contaba también cómo Maritxu tenía un carácter sereno y era de por sí una persona alegre. Eran tres hermanas las Bilbao Lapatza. "Mertxe sí que era algo montañera, pero Begoña no, esa era una señorita en toda regla", espetó Begoñe. Les apodaban las golondrinas.

Maritxu Bilbao Lapatza, gipuzkoana, nació el 8 de octubre de 1924. Murió el martes, último día de mayo de 2022, en Bilbao, contando 97 primaveras.

Descansa en la paz de tus montañas vascas, que la cruz de Gorbeia que tantas veces tocaste y la Virgen de Begoña a sus pies, te acompañen en el viaje a la eternidad. Goian bego, querida mendizale.

 

 

Fuente: Historias montañeras (DEIA). Iñaki Garcia Uribe

 

 

 

 

 

 

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