Igotz mendi
Eusebio Zabala, segundo oficial de maquinas del “Igotz mendi”, carguero
construido en los Astilleros Euskalduna perteneciente a la naviera “Sota y
Aznar”, participó
de manera involuntaria en un acontecimiento de gran repercusión en la I Guerra
Mundial. Fue apresado por el
corsario alemán “Wolf” el 10 de noviembre de 1917 en el Índico, entre
Angola y Ceilán, cuando se dirigía desde Sagunto con un cargamento de carbón para el suministro de
combustible a la Flota Inglesa del Índico, convirtiéndose en un
buque
fantasma. A la altura de Madagascar, desaparecía sin dejar rastro. Al no llegar
a su destino, se dio al barco y a su tripulación como perdidos.
Eusebio comentó al capitán que la ruta más apropiada para ir a Colombo era
bordear el sur de Madagascar. Posteriormente, todos le echaron la culpa de la
aventura. A las diez de la mañana, el “Wolf” se colocó a babor del “Igotz Mendi”.
Para evitar la huida, el capitán alemán colocó en la bodega una carga de
dinamita, que el capitán y el primer oficial vasco, decidieron arrancar del
fondo de su barco y arrojarla por la borda. Durante dos o tres días, trasladaron al “Wof” 3.000
toneladas de carbón. Al terminar la labor, el comandante alemán les dio a los
oficiales un banquete con abundancia de puros y whisky, que empezó a las ocho
de la noche y término a las ocho de la mañana del día siguiente. Tras separarse
a
principios de diciembre, el “Wolf” hundió un buque y un velero. Posteriormente,
se encontraron de nuevo en las proximidades de la Isla de Trinidad (Brasil),
que estaba supuestamente desierta pero se encontraron con una guarnición
brasileña. El nuevo año comenzó con el hundimiento de un crucero noruego cerca
del Ecuador, encontrándose de nuevo ambos buques y realizando una vez más, la
operación del trasbordo del carbón para combustible del “Wolf”. Era imposible
desviarse de la ruta que les marcaban los alemanes, además no tenían telégrafo. El Atlántico Norte se
presentaba desierto, por la gran navegación realizada en convoyes, debido a la masiva
existencia de sumergibles alemanes. Mientras tanto, se desarrollaba un terrible
temporal. Al amainar el 4 de febrero, a la altura de Islandia para girar hacia el Báltico, el “Wolf” y el “Igotz Mendi”
se reunieron por última vez, el “Wolf” fondearía en la bahía de Kiel para
aguardar al “Igotz Mendi”. Debido a la niebla, el “Igotz Mendi” embarrancó en
la costa danesa. Confundieron las luces de un faro con las de un
barco y encallaron. Los alemanes pidieron ayuda al puerto danés, pero en el
puerto se extrañaron que hubiese un barco alemán que se llamase “Igotz Mendi”, deteniendo
al “Wolf”. Finalmente, cuando el “Igotz Mendi” embarrancó, el cautiverio
terminó. Los
marinos del “Wolf” habían hundido hasta entonces 13 barcos. Pese a la educación
inglesa de Eusebio, este no pudo quejarse del trato que les dieron los
alemanes.
SMS Wolf
SMS Wolf
Cuando en Begoña se estaban preparando los funerales, después de haber perdido la esperanza, el 24 de febrero de 1918, tras 107 días de aventura por el Índico y el Atlántico, el “Igotz Mendi” dejó de ser un buque fantasma. Los daneses se portaron durante 3 meses maravillosamente, lo que tardaron en reparar las averías del barco. La sorpresa fue mayúscula cuando se supo que los marinos dados por muertos, estaban vivos. El 2 de junio de 1918 salió rumbo a Bilbao, y al paso por los puertos vizcaínos, salió la flota pesquera y tres remolcadores con banda de música y autoridades. La larga desesperanza de cuatro meses, acabo a las ocho de la tarde de un 21 de junio de 1918.
Eusebio aprovecho para casarse aquel mismo año. Aun le habían de tocar
dos naufragios más, que tampoco consiguieron doblegar su vocación de marino. Al estallido de la Guerra
Civil, el “Igotz Mendi” trabajo para el Gobierno Vasco, y tras ella, cambió su
nombre por el de “Monte Mulhacen”.
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