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sábado, 26 de noviembre de 2011

El hambre y la miseria en la guerra civil

Articulo de José Larrea en el periódico "Crónicas" en mayo de 2007.

jueves, 17 de noviembre de 2011

El pleito municipalista del Estatuto del Vino

Momento en que se disuelve la reunión del Ayuntamiento de Bilbao.
Foto Amado.

En 1934 se produjo en Euskadi un hecho que tuvo gran trascendencia en la lucha por el autogobierno contra el gobierno central de la CEDA, por la defensa de los últimos restos del autogobierno foral. Este hecho fue conocido con el nombre de “El pleito municipalista”. Diputados españoles, solicitaron del Congreso la aplicación del “Estatuto del vino”. Dado que la entrada en vigor de dicho estatuto, suponía un ataque directo al Concierto Económico, especialmente en lo relativo a los impuestos que recaudaban los municipios, hizo que estos se opusieran frontalmente a las intenciones gubernamentales.
Con ello se pretendía beneficiar a los grandes viticultores que tenían grandes stocks que no podía exportar por la crisis económica mundial. La mayoría de los ayuntamientos, salió en defensa de sus intereses. El gobierno, al objeto de neutralizar el movimiento municipalista, destituyó y procesó a numerosos alcaldes y concejales. En señal de protesta, dimitieron en bloque todos los alcaldes y concejales en activo.



  Entrada de los "Guardias de Asalto" al Ayuntamiento de Bilbao. Foto Espiga.

            
Los ayuntamientos no solo constituyeron una comisión para su defensa, sino que también propusieron la celebración de elecciones provinciales para 12 de agosto, de donde surgiera el gobierno provincial electo democráticamente, en sustitución del designado “a dedo” por el gobierno central. Dicha propuesta fue rechazada y prohibida por el gobierno de Madrid, no obstante, algunas corporaciones municipales llevaron a cabo la elección prevista.


Suspendida la sesión, salen los concejales de Bilbao.


El 14 de agosto, el jefe de Miñones de Galdakao pistola en mano, ordenó al alcalde que fuese desalojado del sillón presidencial. Momentos antes de comenzar la sesión, se  presentó a Julián de Abasolo, alcalde en funciones por estar enfermo el titular Santos Muñoz, el jefe de las fuerzas de Miñones, advirtiéndole que tenía orden de desalojar el Ayuntamiento. Este le preguntó si iban a celebrar la sesión, contestando afirmativamente el alcalde, pues para ello se había convocado a los concejales, sin embargo, añadió que les consultaría y que  dentro de cinco minutos le contestaría. Así lo hizo, y los corporativos se pronunciaron unánimemente por celebrar la sesión. En vista de ello, el alcalde en funciones, requirió al secretario de la Corporación para que notificase el acuerdo al que hacía de jefe de Miñones. Abierta ya la sesión, el alcalde en funciones dio cuenta del objeto de la convocatoria. En aquel instante, irrumpieron cinco Miñones comunicando que iban a proceder a la detención del alcalde. Entonces Julián de Abasolo replicó, que estaba cumpliendo sus obligaciones institucionales, pero el jefe de Miñones sacando la pistola, ordenó a dos agentes que sujetasen al alcalde. Este advirtió que estaba ejercitando un derecho amparado por la ley y que cuando terminase la sesión se pondría a disposición de la autoridad gubernativa e invitó al jefe de la fuerza policial a que depusiese su actitud. Pero este, lejos de respetar a la Corporación democrática, ordenó que arrancasen al alcalde del sillón y lo sacaron arrastras del salón de sesiones. Pero como la sesión no se había levantado, el concejal a quien correspondía ocupar la presidencia se sentó en el sillón y continúo su tarea, hasta que nuevamente la fuerza pública procedió a la detención del concejal que en aquel momento presidía la sesión. Y no habiendo ya número suficiente de corporativos, tuvo que ser levantada la sesión.


Ernesto Erkoreka, alcalde de Bilbao abandona forzado el ayuntamiento, tras intentar entrar y ser rechazado por las fuerzas de orden público. Foto Cecilio.
 
 

El alcalde en funciones, Julián de Abasolo y el otro concejal, fueron llevados a Bilbao por “Fuerzas de Asalto”, quedando provisionalmente en libertad. Intentaron celebrar las elecciones sin conseguirlo, por haberlo impedido la fuerza pública cuarenta y tres ayuntamientos, entre ellos el de Galdakao. Días más tarde, la Corporación acordó aprobar el acta del día 12 relativo a la elección de miembros municipales para la Comisión de defensa del Concierto Económico. Simón Linaza asistió a la reunión del Comité de los veinte pro defensa del Concierto Económico y de la autonomía municipal. Asimismo, se abrieron suscripciones con el fin de sufragar los gastos de embargos, multas, etc., ocasionados por el encarcelamiento decretado contra los electos locales.


              Ametralladora utilizadada por las fuerzas de Asalto. Foto Amado.